¡Bendiciones hermanos!
Hoy quiero reflexionar con ustedes sobre el hermoso ‘gesto’ qué María, hermana de Lázaro y Marta (amigos y colaboradores del Señor Jesús durante todo su ministerio), tuvo para con nuestro amado Señor Jesucristo, y que nos cuentan los cuatro evangelios (con algunos matices), de Mateo 26:6-13, Marcos 14:3-9, Lucas 7:36-50 y Juan 12:1-8.
Yo quiero utilizar especialmente la narración del evangelio de Juan, pues el nos da muchos detalles que los demás pasan por alto.
Juan 12:1-8: “Seis días antes de la pascua vino Jesús a Betania, dónde estaba Lázaro, el que había estado muerto… Allí, le hicieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con él. Entonces María tomó ‘una libra’ de perfume de nardo puro, de mucho valor, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó de olor del perfume”.
Quiero abrir un pequeño paréntesis antes de continuar. Les cuento que la primera vez que le presté atención a este relato en particular, fue después de un lectura al maravilloso libro de WATCHMAN NEE: “La vida cristiana normal”.
La forma en que Nee aborda este ‘gesto’ de María, prácticamente al final de su muy necesario y formidable trabajo, me dejó profundamente conmovido.
Hermanos, este pequeño paréntesis que hago en esta reflexión es para recomendarles dos obras que han sido FUNDAMENTALES en mí comprensión del evangelio y, muy especialmente, el SIGNIFICADO COMPLETO DE LA CRUZ DE CRISTO.
Parece increíble hermano pero hay cosas que no entendemos completamente… repito que para mí, hay un antes y un después en la forma de ENTENDER, COMPRENDER, el verdadero significado del Sacrificio de Jesucristo en la Cruz del calvario.
Cruz de Nuestro Señor Jesucristo que primeramente me Salva y me Justifica ante el Padre, por la Preciosa Sangre de su Hijo que fue derramada por los pecados de la humanidad. Y finalmente, Cruz de Nuestro Señor Jesucristo en la que YO MISMO también estoy Crucificado y Muerto al pecado y al mundo… cruz bendita qué debemos llevar, ahora nosotros, diariamente, para fijar y ‘hacer morir’ en ella, ‘todo lo terrenal en nosotros’. Después de las lecturas de estas dos obras, cobraron verdadero sentido para mí las palabras de Cristo: “Además, si no cargas tu propia cruz y me sigues, no puedes ser mi discípulo”. (Lucas 14:27 NTV).
Las dos obras en cuestión son: “La vida cristiana normal” de WATCHMAN NEE; y la otra es: “La psicología de Dios. El alma en su diseño original”, del psicólogo y pastor Argentino DAVID FIRMAN.
Hermanos recomiendo encarecidamente a la Iglesia de nuestro de Señor Jesucristo, la lectura de estas dos obras. Repito, hay cosas que la mayoría de los cristianos NO ENTENDEMOS COMPLETAMENTE. La Cruz de Cristo NO ES UN BOLETO de entrada al cielo.
Pero infelizmente, muchos cristianos nos quedamos con lo ‘básico’… ‘declaramos’ nuestra fe en Jesucristo y su sacrificio en la cruz y ahí nos quedamos. Viviendo una vida ‘insatisfecha’, llena de derrota y frustración. Y él problema es que nos hace falta ENTENDIMIENTO.
Entendimiento que nos van a brindar la lectura de los libros de estos santos hermanos en Cristo Jesús.
No quiero extenderme aquí en comentar el contenido de estas obras, en otro momento, si Dios lo permite, les brindaré mi propia experiencia al leer el trabajo de estos hermanos.
Pero en fin, ¡queda hecha la recomendación!
Avancemos y dediquemos unas breves reflexiones a esta historia de María y el frasco de perfume.
Nunca le presté mucha atención a este relato pues, como decía más arriba, muchas enseñanzas bíblicas permanecen ‘veladas’ a nuestros ojos…
Cada vez que leía esta historia me conmovía, nada más, la piedad de esta mujer y su devoción y amor por nuestro Señor Jesucristo. No me había fijado nunca en la reacción de los discípulos y, mucho menos, en lo que ‘espiritual y simbólicamente’ representaban la actitud y la acción de María, al derramar y ungir el cuerpo de Jesús con un frasco lleno de un perfume costosísimo.
Los discípulos se “escandalizan”: ¡Para qué este ‘desperdicio’!
Ella, en cambio, “postrada ante el Señor, unge su cabeza y sus pies con perfume, derrama lágrimas sobre sus pies y los seca con sus cabellos”.
‘Entender’, poder ‘ver’ su adoración desde otra perspectiva, fue lo que me llevó a valorar de manera extraordinaria lo hecho por esta mujer…
Ella se “vacía”, no mide el costo, no pregunta qué otra utilidad se le podría dar al frasco con “medio litro” de perfume de nardo de un valor inestimable: el mismísimo Judas nos dice que su valor era el del SALARIO DE UN AÑO ENTERO de un trabajador…
Ella, ante la crítica y la recriminación de los demás discípulos, permanecía en estado de adoración. Su único objetivo era “derramar”, no sólo su ‘tesoro material’ más preciado, sino también, derramarse por completo, su alma, su vida, “desperdiciarse”…
¿Cómo pudo estar oculta a mis ojos la enseñanza de esta maravillosa acción de María?
¡Oh forma de “vaciarse”, de darse por completo al Señor, como “sacrificio vivo, olor fragante y agradable a Dios”!
Watchman Nee utiliza muy bien esta palabra: “Desperdicio”.
Fue la que usaron los discípulos para ‘condenar’ la acción de María.
Pero ella juzgó de otra manera: Ella juzgó que “desperdiciarse” para el Señor era una honra; Él era digno de su “desperdicio”; el Señor era digno y merecedor de ‘todo’ lo que ella poseía, no sólo sus ‘tesoros terrenales’, sino de ella misma…
En otra parte del evangelio de Lucas (10:40-41), se nos dice que nuestro Señor visitaba a su amigo Lázaro, y que “María estaba sentada a sus pies, escuchando la ‘palabra viva’ qué salía de los labios de Jesús. Marta, su hermana, irritada le dice al Señor: “Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme.
El Señor le dijo: Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará”.
María ya había “elegido la mejor parte”, y estaba dispuesta a todo, a dejarlo todo, a servir al Señor por encima de todo y todos, y nadie la iba a ‘desviar’ de su objetivo…
Hermanos, debemos replantearnos qué significa para nosotros ‘servir’ al Señor.
El mundo, ojo, muchos hermanos de fe también, dirán que mucho esfuerzo, mucha entrega y “dejarlo todo”, son “desperdicio”… pero consideremos a María: ella, como dice Watchman Nee, se DESPERDICIO A SÍ MISMA POR AMOR A CRISTO. ¡ELIGIÓ LA MEJOR PARTE! ¡Y NO LE SERÁ QUIATADA!
Hermanos, sigamos el ejemplo de entrega y devoción de María.
Lo valioso no es lo que producimos, sino lo que estamos dispuestos a entregar.
El que ha conocido al Señor no calcula el precio, no pregunta el valor, sino que lo entrega todo a él, por que Él es digno y merecedor de todo aquello que nosotros consideramos valioso para nosotros mismos.
¡Hermanos no hay DESPERDICIO en el amor!
En otra parte del evangelio de Lucas (7:36-59), Jesús cita una parábola para enseñar el gran amor de Dios por su pueblo, además de reprender a su ‘anfitrión’: Jesús les cuenta la historia de dos hombres que debían dinero a un prestamista, y ambos deudores no podían pagar. El prestamista perdona a ambos.
La pregunta de Jesús es: ¿cuál de los dos deudores lo amará más?
La respuesta de Simón, el fariseo, es: “El hombre al que más le perdonó”.
Entonces Jesús le dice: “Ella ama mucho porque sus muchos pecados le han sido perdonados”.
Luego agrega: “Tu fe te ha salvado vete tranquila”.
Hermanos otra vez repito:
¡No hay desperdicio en el amor!
No hay desperdicio en vaciarse para el Señor Jesús.
¡ÉL ES MERECEDOR!
Démosle, pues, lo mejor de nuestras vidas.
Que cada uno de nosotros “Desperdicie” ante el Señor aquello que posee de más preciado…
Ya vimos el “fruto” del “desperdicio” de María: “De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, en recuerdo de ella”.
Hermanos: “EL MUNDO LLAMA ‘DESPERDICIO’ A AQUELLO QUE NO ENTIENDE. PERO EN EL REINO DE DIOS SÓLO LO DERRAMADO POR AMOR PERMANECE”.
Dios los bendiga, en el Santo Nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
Fernando Acuña.